Un vértice en paralelismo

Inmanencia con impermanencia, trascendencia a la eternidad. El conocimiento nutre nuestra vivencia y nos fortalece en discernimiento. Dualidad o No, paradojas o certezas, LA VERDAD YACE OCULTA EN NUESTRO PROPIO PARALELISMO, que al fusionarnos al todo incognoscible, se origina el VÉRTICE DEL MISTERIO DEVELADO.

jueves, 29 de octubre de 2015

La Sabiduría Interior

  Porque buscar la sabiduría afuera de nosotros, mediante medios externos, si la podemos encontrar dentro de nosotros mismos en su más pura representación.


'El niño se quemó la mano y rápidamente la retiró del fuego, y la salvó. El erudito se quemó la mano y después de razonar sobre el dolor y el fuego se dio cuenta de que solo había un muñón lastimado.'



Haciendo una clara comparación entre estas anteriores premisas: ¿Que podemos entender si decimos de ante mano de que la sabiduría esta en nuestro interior?
'Somos nuestro propio Dios, somos nuestra propia sabiduría.'
  Se puede confundir la sabiduría interior con la inteligencia, como podemos ver el niño al quemar su mano la retiró inmediatamente, tal vez como una respuesta inmediata al dolor, lo cual sería un señal de que está presente la inteligencia, encontramos el conocimiento cuando suponemos que el niño retiró la mano porque sabía que existiría una consecuencia de tal quemadura. ¿Es el niño sabio o inteligente?, El erudito se quemó la mano y después de razonar la retiró, ¿cual es la diferencia entre ambos casos si tal vez ambas personas sabían que debían retirar la mano?, el niño retiró la mano rápidamente porque en su subconsciente sabia que el dolor no era bueno, el erudito retiró la mano porque a base de prueba y error o mediante conocimientos previos sabia que el dolor no era bueno y el fuego hacía daño. Entonces el niño era sabio y el erudito estudió cuando ya el tenía la sabiduría en su interior.
  Somos ejemplo de la sabiduría de nuestro Dios, y si él es el mayor ejemplo de sabiduría y estamos hechos a su imagen y semejanza entonces nosotros también somos sabios. Nosotros somos la misma sabiduría, lo que pasa es que tenemos una venda en los ojos, una venda que no nos deja ver la verdad y nos desvían en las cosas mundanas.
  Según dicen los chamanes el espíritu y la mente afectan directamente al estado del cuerpo, y esto es totalmente verdad, puesto a que nosotros somos un conjunto de órganos que funcionan en conjunto de manera que nos permiten vivir para que nuestra mente aprenda y por lo tanto nuestro espíritu sea alimentado con ideas positivas. De la misma manera si nosotros aprendemos cosas dañinas y negativas vamos a llenar nuestra mente con cosas perjudiciales y contaminantes a nuestro espíritu.
  Muchas veces nuestros conocimientos o las acciones que la mente procesa y nuestro cuerpo realiza lastiman nuestro espíritu y lo contaminan sin embargo la misma mente justifica de alguna u otra manera el hecho, con un excusa intentando justificar el hecho, dejando de lado el espíritu y omitiendo el daño provocado a este.
  Cuando realizamos acciones buenas y cuando realizamos acciones malas estas son representadas en nuestro cuerpo y absorbidas por nuestra alma y nuestro espíritu, de manera que si somos una buena persona nuestro espíritu será puro y si somos una mala persona nuestro espíritu estará sucio.
  Nuestro cuerpo es sabio, nuestro espíritu es sabio, gracias a la obra de Dios que nos une a todos en una misma sabiduría, durante nuestra vida procuramos ser sabios de mente, el problema es que actualmente lo somos, pero nuestra mente en su constante búsqueda de la sabiduría y el conocimiento deja de lado la sabiduría interior.
  La sabiduría de la tierra quizá llamada como sabiduría de la mente o sabiduría terrenal es solamente un conjunto de conocimientos anteriores, al igual que anteriormente hablamos del erudito, el cual poseía conocimientos a prueba de base y error, o conocimientos obtenidos de alguna otra forma externa, estos conocimientos anteriores son a la vez recuerdos de reacciones u consecuencias de otras acciones, no sabiduría espiritual. A la vez la sabiduría mental puede ser contaminada con recuerdos creados por nuestra imaginación, pequeños fragmentos de nuestra vida real que no recordamos y nuestra mente los rellena con nuevos recuerdos no reales.

Colaborador: Francisco Coto

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