El Jardinero y El Forastero, un cuento de iluminación.

  El Jardinero y El Forastero es una lectura pequeña en la cual mediante un gran ejemplo de iluminación nos podemos encontrar con la irrefutable verdad de que nosotros mismos somos el camino hacia la sabiduría y la iluminación.

  Esta lectura comienza cuando un forastero se encontraba recorriendo un largo camino en las blancas nieves, había emprendido un viaje en la búsqueda de la sabiduría, este se encontraba cansado de tanto caminar y le pedía a Dios que por favor no lo abandonara, en un momento de cansancio absoluto postrado de rodillas se vio cerca de unas grandes puertas las cuales eran la entrada a unos hermosos jardines rodeados de grandes murallas, en los cuales con ayuda de el Maestro Jardinero aprendería como cuidar su propio jardín.

  El jardín es una metáfora, la cual se refiere a nosotros mismos, a nuestra vida como un jardín, el cual debe de ser cuidado con una gran dedicación, hasta el cansancio y más allá de el. En la lectura se refieren a la hierva mala que crece en el jardín como el orgullo, también puede ser representada como la envidia u algún otro sentimiento dañino que puede perjudicarnos nosotros mismos y a nuestra vida.

  Aprendemos en la lectura que debemos de cortar desde la raíz todos estos malos sentimientos ya que estos en una tierra fértil pueden llegar a crecer y dañar nuestro jardín, nuestra vida.

  Se refiere a las hiervas malas que nosotros no plantamos en nuestro jardín como un fruto de semillas que lanzan vecinos, tal vez a propósito, o incluso de semillas que el mismo aire (el cual se puede entender como la vida misma) deja en nuestros jardines. 

  Se refiere a los grandes y frondosos arboles que no dejan luz ni aire a nuestras plantas como las ciencias mundanas que llenan nuestra mente, lo que debemos de hacer es podar los árboles para que pueda entrar la luz y el aire, se entiende aplicándolo en nuestra vida como que no todo conocimiento que podamos obtener es bueno o provechoso para nosotros, y debemos tomar, aprender y esutdiar solo los buenos conocimientos, los cuales tendrán utilidad para nosotros.

  De la misma manera que debemos elegir con sabiduría las semillas que plantamos en nuestro jardín, las cuales podrían interpretarse como las personas que dejamos entrar en nuestra vida, una semilla incorrecta podría dañar nuestro jardín, una persona incorrecta podria dañar nuestra vida, una planta mala, una persona mala.

Colaborador: Francisco Coto